sábado, 4 de abril de 2020

ME VEO EN LA NECESIDAD. RESISTIRÉ

Fragmento del folleto publicitario del año 1982, 
donde la discográfica "Chapa Discos" se hace eco 
del Nº 1 alcanzado por Barón Rojo, 
en algunas listas de éxito del Reino Unido,
con su canción "Resistiré". 


          En un blog dedicado a un sentimiento tan universal y tan inspirador como es la música no creo que sea conveniente entrar al trapo en otros asuntos que puedan enturbiar estos sentimientos tan puros. Pero "me veo en la necesidad" de aportar sosiego, a una sociedad, que a veces pierde los nervios. Tan sólo le he cambiado el paso a este blog en una ocasión, cuando se produjo el vil múltiple atentado de París. Las personas de buena voluntad no podemos llegar a entender que vivamos con ciertos congéneres, que sean capaces de aniquilar a gente de su propia especie por el simple hecho de no pensar como ellos, llevando sus ideales a un radicalismo extremo. Por desgracia los extremos están avanzando en esta sociedad. 

          Ahora el enemigo no es otro ser humano, sino un virus que trata de alojarse en nuestros cuerpos, para vivir del parasitismo, hasta cumplir su ciclo de vida, o en algunos casos acabar con las nuestras. El tema en el que estamos envueltos es tan grave que la trivialización del mismo por algunos sectores de la sociedad, me hace volver a cambiar el paso en este blog, que siempre he dedicado a la música. 

          Esta pandemia está sirviendo para muchas cosas, además de sembrar el sufrimiento y la muerte a muchas de las personas que han acabado infectándose del "covid 19". Esta crisis está sacando lo mejor y lo peor del ser humano. Ha despertado la creatividad de muchos y el mal gusto de otros. Está haciendo brotar a nuevos artistas anónimos, cómicos, músicos, actores, etc. Familias completas que con un gran alarde de creatividad nos están haciendo llegar sus creaciones para hacernos llevar este largo confinamiento lo más livianamente posible. Y esta pandemia también está sacando a la luz a mucho frustrado que había por ahí escondido. Gente que se queda en una miope visión que no llega mucho más allá de lo que alarga su propia nariz. 

          Y digo esto, porque también recibimos a diario mensajes de voceros, que al acabar de verlos, oírlos o leerlos, nos dejan un amargo sabor de boca. Hablándonos desde las vísceras, desde su idealismo, habitualmente sectario. Hablándonos desde la confrontación, segregando saliva de satisfacción cada vez que se produce una nueva muerte o un nuevo contagio, regodeándose cada vez que alguna decisión tomada sale mal. Gente ceniza que aprovecha el desasosiego general para lucir su triste minuto de gloria. Como si esto se tratara de provocar una insurrección, cuando son momentos de todo lo contrario, mantener la calma más que nunca, aunque la muerte te tosa al lado.

          La situación que estamos viviendo es tan grave, que no podemos perder el tiempo, en estos momentos, en poner en tela de juicio cada acción de la que estamos obligados a cumplir. El médico ha de dedicarse a cuidar de los enfermos y no a hacer vídeos que provocan aún más pavor del que ya tenemos. Para informar están los periodistas. Y el periodista ha de informar objetivamente de lo que aprecian sus cinco sentidos y no transmitir su opinión personal o la del color que le paga. Para ello estamos los ciudadanos. Ciudadanos que con los hechos objetivos que nos han contado tendremos la libertad de opinar lo que queramos. 

          Por favor que no nos traten de borregos, que no necesitamos voceros anónimos que llenen nuestros whatsapp de informaciones parciales y ventajistas, en favor de sus propios intereses ideológicos y sectarios. Porque a veces me hace pensar que algunos de estos personajes tan radicales que tratan de acceder a nuestros teléfonos móviles con sus mensajes virales, serían capaces de llegar a extremos tan bestiales como los extremistas que provocaron la terrible matanza de París hace unos años. A veces, atendiendo a sus intenciones y a su parasitismo, parecen ellos el  propio "covid 19".  

          Queridos lectores, es el momento de la unión, de apartar las diferencias políticas, (cuando llegue su momento ya tendremos las urnas para votar a quien nos dé la gana), ahora toca cumplir con el confinamiento, dejar de ser ese "pillo" que sale a la calle para hacer footing, montar en bicicleta o ir al supermercado más veces de la cuenta, por el simple hecho de que en mi calle hay menos vigilancia. Ahora los policías debemos ser nosotros mismos y ser conscientes de que podemos estar propagando muerte sin saberlo. La revolución debe comenzar por uno mismo. No queramos mejorar a una sociedad entera cuando no somos capaces de mejorar a nuestro propio yo. No pidas para los demás lo que no eres capaz de cumplir tú. Esto es un mensaje para los voceros (los mensajeros de la destrucción), más que les pese.

          Y para el resto de la población, la mayoría, los que aceptamos las normas, a pesar de nuestra declarada rebeldía durante tantos años, a esos rebeldes responsables, que ahora trabajamos, comemos, cantamos, sentimos y en definitiva vivimos desde el confinamiento, sólo nos queda enviarnos y retroalimentarnos de un mensaje de ánimo, esperanza y cordialidad, que nos permita tener nuestras fuerzas intactas para luchar contra este maldito virus que nos amenaza día a día, hora a hora y minuto a minuto. 

          Por todo lo que nos está rodeando, sólo nos queda resistir, y los rockeros siempre lo hicimos con el "Resistiré" original, con el que se publicó en el año 1982, y que llegó a ser número 1 en algunas listas de música del Reino Unido, aunque allí se tituló "Stand Up". 

           Desde mi humilde atalaya, y sin menospreciar en ningún momento el del dúo, reivindico el "Resistiré" original, el de los Barón Rojo. Quizás, lo que ocurre es que también "me vea en la necesidad..."  Y esta canción y este mensaje genérico, también puede llegar a todos y no hacer daño a nadie... 

 
Resistiré (Versión Barón Rojo 1999)
 

...y menos aún, esta versión del clásico que compusieran Armando de Castro, Carlos de Castro, José Luis Campuzano y Carolina Cortés, nuevamente grabado en 1999 por los hermanos de Castro para el disco "Cueste lo que Cueste", con nueva introducción llevada a cabo por estos dos genios de la guitarra. Si ya era excepcional la introducicción que Armando compuso en 1981, ésta con la guitarra doblada de su hermano Carlos,  no le va a la zaga.




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