martes, 5 de diciembre de 2023

BARÓN ROJO. LA RECONCILIACION CON EL MITO

Después de toda inútil guerra llega un día en el que entra en funcionamiento el sentido común y las aguas vuelven a su cauce. Se firman los acuerdos pertinentes y se intentan curar las heridas producidas durante la contienda. Es en ese momento cuando se hace un balance más o menos justo y lo más real posible de la historia y se le da la responsabilidad a un especialista para escribirla.  

Parece que es el momento de escribir un relato lo más fidedigno posible de los más de 40 años de historia de la banda más grande que parió nuestro país, Barón Rojo. Como este blog en sus inicios se motivó básicamente para escribir en diferente capítulos "la edad de oro del rock español", que tuvo como protagonista a esta banda de rock, no nos vamos a detener en la primera década de este grupo, pues ya está escrita, sólo nos vamos a centrar de momento en la etapa post-separación y en cómo nos pudimos reconciliar con el mito. 

A primeros de 1990 oí un programa de radio, a altas horas de la madrugada, en el que dos miembros de mi grupo preferido daban explicaciones en directo de su marcha del grupo. La grabación debe seguir existiendo en la cadena de radio que emitió dicha entrevista. Pero yo os la resumo brevemente: estos dos miembros decían encontrarse cansados, que el momento musical no acompañaba, sobre todo necesitaban reponer fuerzas para volver a componer y en un principio no hablaban mal de sus ya ex-compañeros, más bien los vanagloriaban diciendo que eran muy currantes, siempre estaban componiendo nuevos temas y proponiendo nuevas giras... y en definitiva ellos necesitaban descansar de ese entorno.

Nunca llegué a entender esta separación. Como ya he explicado en otros artículos, la situación vivida por un fan de esta banda era algo lo más parecido a la separación de unos padres. No puedes aceptar que no estén juntos, porque cada uno aporta algo distinto.

Tras unos meses de letargo de Barón Rojo, en el que el fokker triplano queda aparcado en el hangar, salta la noticia por septiembre de 1990 de un nuevo concierto de la banda. Todas mis esperanzas pasaban por volver a ver a sus cuatro miembros originales juntos, pero cual es mi sorpresa al leer la revista heavy de moda en la época, de que los hermanos de Castro reflotan el viejo triplano con una nueva tripulación, que si bien estaba formada por Pepe Bao, Ramakhan y Maxi González como vocalista principal, todos músicos de primer nivel, nunca igualaría las expectativas que teníamos de nuestros ancestros Sherpa y Hermes. 

Esta primera decisión de los hermanos de Castro, quizás fue la menos acertada de cuantas llevaron a cabo a posteriori, ya que cambió en demasía la estructura de la banda, cuando la historia más tarde ha demostrado que sólo era necesario un bajista y un batería, al menos mientras el estado físico y la voz de Carlos han estado en un buen nivel. 

Con esta formación dieron varios conciertos y llegaron a actuar hasta en Francia en el "Valley´s Rock Festival" de St. Fortunat. Hay que recordar, que en esta época no existía aún internet y toda la información nos llegaba a través de alguna emisora de radio especializada en rock y alguna de las revistas musicales de la época. 

La banda volvió en poco tiempo a convertirse en un cuarteto en el que seguía Ramakhan a la batería y un jovencísimo Niko del Hierro al bajo, que los llevó durante 1991 en una importante gira por toda España en la que ofrecieron junto a Obús más de ochenta conciertos. La gira se llamó "Gigantes del Rock", pero yo seguía sin aceptar la terrible separación del grupo.

No acepté la separación hasta que los vi tocar por primera vez separados en dicha gira Gigantes  del Rock de 1991, con Nico del Hierro y Ramakhan como nuevos acompañantes. Ahí no pude más que quitarme el sombrero y decir: son unos profesionales como la copa de un pino.



Posteriormente, en el año 1992, llegó un extraordinario disco llamado "Desafío", con la misma formación con la que tuve el honor de perdonarlos sólo un año antes y ante la formidable calidad de ese disco no pude más que volverme a quitar el sombrero. Haciendo un paralelismo con lo que puede ser la separación de un matrimonio, en este momento mis padres seguían separados, pero el que se quedó encargado de la custodia y de guiar mis pasos en la dura época de la adolescencia lo estaba haciendo bastante bien, aunque yo siguiera sin aceptar a su nueva pareja musical y a pesar de que el dinero ya no entraba como antes en casa y hubiera que recurrir a otros menesteres, pues las galas cada vez eran menores y su profesión ya no estaba de moda. 



En el año 1995 en las tiendas de música y los grandes hipermercados descubrí un nuevo recopilatorio de la que había sido mi banda favorita en la década de los ochenta y lo compré sin remilgos. Al recopilatorio le faltaban un montón de himnos de los que a mí me hacían mover los pies, pero sólo por ser de Barón lo compré. Evidentemente no usé el neocórtex, pues simplemente leyendo el set list de la trasera del disco ya me hubiera dado cuenta que la recopilación era una porquería, y más aún cuando leí el minimalista libreto que traía la susodicha recopilación titulada "Larga vida al Barón". Los amigos del dinero habían entendido que la llama del Barón Rojo estaba ya suficientemente apagada y era el momento oportuno de sacar ese nefasto recopilatorio que no se correspondía con ningún criterio lógico de la banda; ni eran los singles, ni era una selección de canciones de cada uno de sus discos, ni era nada coherente, sólo un producto meramente comercial. Sin embargo, las ventas de ese doble CD no se hicieron esperar y los promotores de conciertos ven la oportunidad, por lo que se ponen de nuevo en contacto con los hermanos de Castro para contratar nuevas galas de Barón Rojo. Los Castro que junto a Ramakhan y José Luis Aragón siguen deambulando en horas muy bajas por el mundo de la música, deciden llamar a los compañeros de la formación original que abandonaron el fokker triplano en 1989 para volver a despegar con el Barón Rojo por todo lo alto, gracias a un disco que se han encontrado en el mercado de forma gratuita publicado por la casa discográfica madre, lo cual les puede proporcionar un buen número de conciertos y el reencuentro definitivo con sus antiguos fanes. Ante la negativa de los otros dos miembros originales de la banda a realizar ese nuevo proyecto con la formación original, los hermanos de Castro se lanzan por toda España en una gira de conciertos acompañados por el fiel Ramakhan a la batería y José Luis Aragón al bajo. Cuando yo presencié uno de estos conciertos que la prensa de la época titulaba como el 15 aniversario de la banda, es cuando me di cuenta que Barón Rojo había vuelto para quedarse definitivamente. Los conciertos se sucedieron por las ciudades más importantes de la península y en el de mi ciudad, fue un lleno absoluto. Al concierto asistieron todos los músicos que podían considerarse emblemáticos de la zona y los que estaban dando que hablar en ese momento, era como rendir pleitesía al grupo de rock por excelencia en España. Pero lo que más me impresionó del concierto es que a él acudieron los mismos chicos del instituto que fuimos a verlos hacía ya una década con la formación original, pero con la diferencia de que en muchos casos ya no iban como los chicos malos del insti, los heavies de los ochenta, estos chicos habían crecido y allí había médicos, abogados, enfermeros, profesores, periodistas...



Tras el concierto, todos los presentes no pudimos hacer otra cosa más que volvernos a quitar el sombrero y aceptar que Barón Rojo ahora eran los hermanos de Castro rodeados siempre de otros dos buenos músicos. Todos estos que estuvimos en las horas bajas del Barón, nos reconciliamos definitivamente con la banda y la historia que han ido escribiendo a lo largo de los años.  

A partir de aquí, el Barón vuelve a remontar el vuelo desde cero en una época en la que los gustos musicales iban evolucionando y el heavy estaba bastante denostado, pero los hermanos de Castro junto a Ángel Arias (bajista que más tiempo permanecerá en la banda a lo largo de su historia) vuelven a trabajar el buen nombre de Barón Rojo, no a base de publicidad como en la época de gloria, sino a base de conciertos en los que tenían que demostrar uno a uno que seguían estando en plena forma y que eran unos profesionales de primer nivel. Esta circunstancia junto con la nueva discografía que van a ir grabando, más acorde a los nuevos tiempos, los va a ir colocando en muy buena predisposición para afrontar la primera década del nuevo milenio, en la que de nuevo se les volvió a colocar en los puestos de honor que por méritos propios volvieron a merecer. Pero esa nueva década será una nueva historia que ya contaremos en otro capítulo...


Barón Rojo levantando de nuevo el vuelo en las noticias de Tele5 en 1997, presentando el disco "Arma Secreta",