domingo, 19 de junio de 2022

EL EXITO Y SUS DETRACTORES

          Es evidente que cuando alguien alcanza un puesto de reconocimiento, en términos generales, ese puesto llega gracias al esfuerzo, la capacitación y al tesón de haber realizado las cosas correctamente. También es importante la visibilidad. Si no hay visibilidad o ningún mecanismo de transmisión de esos hechos para que un público lo observe y pueda ejercer su crítica, tampoco se podrá alcanzar ese puesto de reconocimiento.  

          Una vez alcanzado ese puesto de reconocimiento, se valorará que la llegada al mismo se produce por la existencia de un gran número de críticas favorables por parte del público que pudo observar los hechos y que en buena medida son los elementos que realmente contribuyen a la culminación del éxito. 

          Lo que está claro es que los cuatro elementos fundamentales para que el público nos lleve al éxito son el esfuerzo, la capacitación, el tesón y la transmisión de los hechos, visualización o publicidad de los mismos. Ahora podemos hacer un inciso y entrar a debatir, en que cuantía se valoran las aportaciones realizadas a cada una de las variables expuestas para la obtención del éxito: el esfuerzo, la capacitación, el tesón o la publicidad. Dependiendo de qué variable tenga un mayor porcentaje de aportación, así será el éxito. Posiblemente, el éxito logrado por una desaforada aportación de transmisión de los hechos (publicidad), se convierte en un éxito efímero, pero éxito, al fin y al cabo. Sin embargo, un éxito conseguido en base a unos altos porcentajes de esfuerzo, capacitación y tesón, pueden hacer un éxito menos intenso pero más perdurable en el tiempo.
Éxito de un grupo de rock en 2020 
consiguiendo "Sold Out" para sus actuaciones


          ¿Pero cuál es la certeza absoluta de que el éxito ha sido conseguido? Pues sin duda alguna, la aparición de detractores. Una minoría, normalmente con fácil acceso al proceso de transmisión de hechos, llamémosle publicidad, canales de intercomunicación o medios de comunicación... que con cierta facilidad crea una corriente de personajes adeptos, que no aportan nada pero les gusta ir en contra de todo. Cuando aparece esta otra masa de parásitos descontextualizados y de encefalograma casi plano, se puede tener la certeza absoluta de que estamos hablando de la existencia de una carrera de éxito. 

          Por otro lado, podemos perder un poquito de tiempo en estudiar el porqué de la existencia del detractor, cosa que no merece mucho la pena, pero en resumen podemos decir que su presencia se debe básicamente a las siguientes cuestiones: 
-En ocasiones se debe a que simplemente no le gusta lo observado (algo que es muy loable). Este detractor no suele ser muy pertinaz y no suele ser perdurable en el tiempo.
-En otras ocasiones suele ser por envidia. Esto sucede cuando el detractor es juez y parte en el mismo escenario de los hechos, y por tanto es "el no elegido" para el éxito, en definitiva, un detractor por perdedor. 
-Finalmente está el detractor obcecado, ese elemento externo que vaticinó unos hechos que al final son justo lo contrario de lo ocurrido, o simplemente había apostado por otro caballo que resultó no ser el ganador. Algunos de estos no dan nunca su brazo a torcer y van anidando nuevas teorías sobre el injusto éxito del triunfador o simplemente cuestionan ese éxito. Este tipo de detractor suele ser muy pertinaz y suele usar la técnica de la periodicidad en el tiempo para nunca dar por muerto su mensaje.

          Este último tipo de detractores es el más peligroso, ya que su obcecación perdurable en el tiempo hace pensar que algún problema mental debe sacudir su cerebro. Estos detractores están en todos los ambientes de la sociedad, política, economía, deporte, etc., y muy intensamente en el mundo de la cultura en general y la música en particular, que es a lo que se debe este blog. En España los hubo y aunque ya peinan canas y actualmente viven de una pensión del estado siguen dando la nota en algún medio de comunicación. Hoy sigue existiendo la presencia de algunos de estos periodistas o mejor dicho comunicadores, pues la palabra periodista les viene grande, ya que pasaron por la universidad sólo para sentirse "guay" llenando sus cuerpos de LSD, anfetaminas y otras sustancias alucinógenas que no les ha permitido pensar coherentemente durante toda su vida. 

          Algunos de estos lumbreras, que en la prehistoria pasaron por ciertos programas musicales televisivos, cuando sólo eran tuertos en un mundo de ciegos, se han empoderado de tal manera, que parecen que sientan cátedra con sus palabras. Algunos hasta han escrito libros. Cuarenta años más tarde siguen poniendo en duda el éxito de algún movimiento musical durante los años ochenta y más aún de cierta banda de rock que fue su máximo estandarte, y por supuesto, ponen aún más en duda el éxito continuado a día de hoy, fruto del esfuerzo, la capacitación y el tesón de estos músicos por los que él no apostó hace ahora algo más de cuatro décadas.   
El Rollo al que algunos lumbreras no se montaron


         A finales de los setenta y principios de los ochenta hubo una explosión tremenda de tendencias musicales en España que ya se había desarrollado en otros países. Sin embargo, aquí íbamos tarde. Se podía apostar por el Rock poderoso o por un Pop más suave. La evidencia fue, que el rock llenó estadios de futbol, y el Pop, mal llamado "movida", se redujo a pequeñas actuaciones en discotecas de moda. Sin embargo, la obcecación de estos comunicadores que se habían decantado por la "moda juvenil", les hizo montar una aureola sobre la "movida" que realmente nunca existió, y sólo es el resultado de la repetición constante de una mentira lo que ha llevado a convertirla en una dudosa verdad, todo ello gracias a la fácil accesibilidad que tuvieron estos insensatos a unos medios de comunicación carentes en ese despertar de los ochenta de profesionales cualificados para estos menesteres.

          Hoy día sigo leyendo artículos en medios de comunicación de primer orden donde les siguen dado espacio a estos apolillados detractores, denostando y poniendo en tela de juicio, e incluso ocultado pruebas, de lo que significó y sigue significando el rock hecho en España en mayúsculas. La simple existencia de estos artículos escritos por los detractores, demuestran el éxito aún vigente de nuestro rock.

Éxito sin paliativos de una banda de rock en el Wizink Center 
40 años después de su fundación (20/12/2021)

          Desde esta pequeña atalaya, mi mayor reconocimiento a ese movimiento rockero y en especial a ese grupo que a principios de los ochenta, llegó al éxito conjugando las cuatro variables que pueden abrir ese camino, esfuerzo, capacitación, tesón y quizás con un alto porcentaje de visibilidad  que tal vez facilitó las cosas en ese momento... pero que a día de hoy sigue ampliando horizontes y manteniendo ese éxito, en esta ocasión menos intenso pero mantenido en el tiempo, lo que significa que sigue conjugando esas mismas variables, esta vez alternando los porcentajes que componen esos cuatro elementos que hacen llegar inexorablemente al éxito.  


sábado, 4 de junio de 2022

¿QUE DEMONIOS, NI QUE JARDIN?

          Estos chicos no eran ningunos demonios, y tampoco yacían en un jardín, pero ese fue el nombre que quisieron tomar para la grabación de su primer y único disco de título homónimo.

Portada del primer disco de Demonios en el Jardín

          ¡Qué demonios! Este año 2022, se va a cumplir el 25 aniversario de la publicación de esta obra, hoy día casi invisible, pues es difícil encontrar un ejemplar de este CD. A más inri, quiero que conste, que yo tampoco lo tengo, aún habiendo sido una de las primeras personas que lo adquirió en el tenderete del concierto de presentación del disco. 

          Debí ser muy osado, no por comprar el disco, que es una auténtica joya del hard rock de los 90 con ciertos tintes alternativos, sino por deshacerme de él esa misma noche. El concierto me proporcionó unos gratos momentos, con una banda, "Demonios en el Jardín", que dio un amplio repaso a todos los temas que componía el disco, y además se rodeó de artistas invitados de cierto peso en ese momento, como el genial y tristemente fallecido Manuel Angel Mart, que ya andaba dando la nota con sus "Estirpe" y esa noche se convirtió en un auténtico "demonio" con sus insuperables saltos sobre el escenario.

          Tras la actuación traté de acercarme a los camerinos para felicitar a mi querido amigo y guitarrista José Ángel Jurado, también a Manolo, al que había seguido en cientos de historia y más discretamente lo hice con Maikel, el cual siempre me ha resultado más esquivo, a pesar de conocerlo desde mucho tiempo atrás, incluso habiendo coincidido en bastantes ensayos en las antiguas naves "o vaquerizas" de la carretera de Trasierra. A la base rítmica no tenía el gusto de conocerla y con un simple guiño suplí la felicitación.  

          Entre abrazos y momentos de gran satisfacción con la gente del grupo, Josè Angel (Pepón para los amigos), me informa de que el disco está a la venta en la misma sala del concierto y yo ni corto ni perezoso me aseguré un ejemplar del mismo con las magníficas canciones que había oído esa misma noche durante la actuación. 

          Una vez me despedí de Pepón, que aún perteneciendo a "Demonios en el Jardín", no es ningún demonio, me dirigí, con mi CD recién comprado bajo el brazo, al "jardín" que hay justo en frente de la Diputación, lugar donde se celebró el concierto. Allí, en pleno corazón de los "jardines" de la Merced me encontré al mismísimo "demonio".

          Una amplia sombra producida por la tenue iluminación del "jardín" entre la abundante vegetación de los arboles, me hacía vislumbrar la figura de un viejo amigo, con el que también había gastado muchas horas de rock. Tras un fervoroso saludo, preguntarnos por el tiempo que llevamos sin vernos, y comentarle, que esperaba haberlo visto en el concierto, pues podía haber sido un perfecto punto de encuentro, éste me sentencia, que no se había enterado del evento, y a continuación me pregunta por el preciado objeto que yo prendía en mi mano izquierda...

          "¿Un disco del Pepón?"... fueron sus palabras de sorpresa cuando le expliqué mi codiciada compra. 

          Mi viejo "amigo" no tuvo ningún remilgo en pedirme el favor de que le prestara el disco para grabarlo y después, supuestamente devolverlo, total si somos vecinos aunque llevemos un año sin vernos. En aquella noche de recordadas amistades y exaltación de la propia amistad no tuve más opción que prestar mi disco, sin haberle quitado aún el envoltorio, sin haberlo oído con tranquilidad con unos buenos auriculares como a mi me gusta hacer. Con la sensación de que algo indebido estaba realizando, mi mano izquierda fue lentamente y titubeante entregando la joya que me había ofrecido un rato antes mi amigo Pepón y el disco pasó a manos de un verdadero "demonio".

          El disco no volvió jamás a su dueño y 25 años después aún recuerdo ese "jardín" y a ese "demonio" que se cruzó aquella noche por mi camino. De todas formas tuve la ocasión de oír las canciones de este magnífico disco de otra manera, que si bien no es la que más me gusta, si suplieron la falta de propiedad del codiciado compac disc. 

           En lo referente a la música de este primer y homónimo trabajo de los "Demonios en el Jardín", tengo que deciros que el disco se completó con 12 cortes, con canciones no muy largas, con una excelente composición y llenas de melodías muy frescas a pesar de ser bastantes elaboradas. Con canciones destacadas, al menos para mi, como pudieron ser "Circo" o "Selva Negra". La voz de Manolo, como siempre, exquisita y derrochando solvencia, si bien el disco podría haber tenido una mejor producción y en cuestión de portada pudo ser muy mejorable, pues no intuye el gran material musical que alberga en su interior.

Circo, tema que abría el disco de Demonios


          El disco lo grabaron Manolo Escudero (voz), Maikel de la Riva (guitarra), José Angel Jurado (guitarra), Juan Gamero (bajo) y Rafael Romero (batería). Me sorprendió mucho en su momento que los hermanos Ramos no estuvieran en la base rítmica de este proyecto, así como la ausencia de Pepe (posteriormente miembro del Hombre Gancho) y es que éstos, a su vez, también estaban fraguando con un estilo más psicodélico la elaboración de su primer disco con el nombre de "Malparaiso", lejos ya de los sonidos que Malparaiso desempeñó en los primeros años de la década de los 90, cuando Manolo Escudero y José Angel Jurado, aún pertenecían a esa formación y fueron teloneros de los mismísimos Barón Rojo y Obús.   

          Lo que está claro, es que en ambas bandas se juntaron un gran ramillete de buenos músicos, que posteriormente darían mucho que hablar en el panorama musical español, pues del germen de estas dos bandas nació la formación de "El Hombre Gancho", que se conformó con la base rítmica de "Demonios" y las guitarras de "Malparaíso".

 

          Y volviendo a poner de nuevo los pies en la tierra... ¡Qué demonios!, ¡si ya se cumplen 25 años de aquel disco que yo perdí en el "jardín"!