viernes, 29 de septiembre de 2017

EL ARTE DE NUMERAR LOS TRACKS DE UN DISCO

          Allá por el mes de Noviembre del año pasado, me hice eco en este blog de la futura salida al mercado discográfico de un disco en solitario de Armando de Castro. El mítico y excepcional guitarrista, grabó su disco entre los meses de Octubre y Noviembre y fue el 14 de ese mismo mes cuando nos dejó en su canal de YouTube un adelanto con una canción que llevaba por título el mismo nombre con el que Armando había bautizado este invento. Precisamente el artista presentó la canción más floja del disco. 

          A partir de ahí se desató el revuelo, y cientos o diría miles de comentarios sobre el disco, se difundieron por la red. De hecho, el post que yo dediqué en este blog, se convirtió en el segundo más visitado en los 4 años que llevo escribiendo sobre mi gran pasión, la música. 

          No fue hasta el 17 de Marzo, fecha de lanzamiento del disco, cuando pudimos oír en toda su globalidad la obra creada por uno de los guitarristas más influyentes del panorama musical rockero de España. Y de nuevo se abrió la caja de los truenos. Algunas críticas fueron aceptables pero otras deplorables, poniendo en entre dicho la longeva y reputada carrera de un artista que había grabado su nombre con letras de oro en el mundo del rock, tanto aquí, en nuestro país, como fuera de nuestras fronteras. 

          Debo decir que no fue acertada la canción elegida como presentación del nuevo proyecto de Armando de Castro, y digo eso, porque a pesar de ser una canción musicalmente perfecta en su estructura y en su interpretación, la letra no deja de ser una simpleza y un juego de palabras con un estribillo machacón que no acaba de llenar. Yo mismo la colgué en el post que escribí hace unos meses, y ya derivó en un buen número de comentarios, posiblemente el post con más comentarios desde que me dio por matar mi tiempo libre hablando de la música. Aprovecho para dar las gracias a todos los que participáis en los comentarios, pues me hace una especial ilusión cuando interactuáis en mi blog. 

AR I (2017) Disco en solitario de Aramando de Castro

          A más inri, cuando compras el disco, la cancioncita de marras, "Armando Rock", es la canción que abre el disco, lo que te hace entrar con cautela, y todo lo que viene detrás lo escuchas con cierto recelo. ¡Joder! ¿por qué? Si el disco tiene algunas canciones llenas de una frescura inusual para un músico de sesenta y tantos años, como son "Victoria, la colchonera", ó "Impresiones", dos canciones compuestas con maestría que son enormemente meritorias. Otras mantienen un listón bastante adecuado, "Experimentos con gaseosa", "Mi especialidad" y la más baroniana "No hay color". La balada "Gracias" si se oye en el momento adecuado también es una joyita musical, con punteo en el que da una lección brutal de como hay que tocar el sagrado instrumento de las seis cuerdas. Y después vienen las cuatro canciones más flojas, precisamente, las que fue adelantando por las redes sociales, las que han puesto a parir al artista. Canciones, dos de ellas, medios tiempos, "Escrito está" y "La maldición", que evidentemente por ser medios tiempos se hacen más difíciles al oído. Y las otras dos, la de los juegos de palabras, las canciones vacilonas, las canciones rockanrroleras, pero... que no son las más adecuadas como adelanto discográfico o para abrir ningún disco, "Campanas del invierno" y la innombrable "Armando Rock".

          Es cierto que Armando no es un buen cantante, él es un grandísimo guitarrista, y pierden mucho las canciones en los momentos que él se queda como voz principal, en cambio, en los tiempos en los que canta Vanesa Gallego, las canciones encuentran un acomodo muy correcto en una voz melodiosa y dulce, más que aceptable, lejos de las voces femeninas chirriantes habituales de otras épocas. En cuanto a la música del disco, ésta tiene muy buena composición, punteos muy variados, magníficos riffs y con un feeling que hace reconocible que el artista que hay detrás es Armando de Castro, y en algunos momentos te puede dejar un cierto aroma a Barón. Sin embargo esto no es ápice para creer que lo que estás escuchando es una continuidad del grupo madre, pues aquí no hay guitarras dobladas y las composiciones están expresamente hechas para la fórmula de guitarra, bajo y batería. Disco realizado con mínimos arreglos, lo que hace que difiera muy poco de una actuación en directo del grupo. Por todo ello, el disco no es malo, más bien muy aceptable en su globalidad, sólo hay que darle sus tiempos y organizar las canciones de una manera correcta.

La banda en directo

          Después de innumerables escuchas, he decidido que el álbum se debería haber abierto con "Victoria, la colchonera", de manera que se entre en ambiente desde el segundo uno, con una canción cañera, de estribillo melodioso y genial, un single en toda regla. Como track 2, vale "Campanas del invierno", al más puro estilo AC/DC y con ese aire más heavy, para inmediatamente meter otra canción en la que haya un plus de distinción para la fijación de nuestros oídos. Magistralmente vendría "Experimentos con gaseosa", con un slide que se desliza a lo largo de toda la canción y con un punteo soberbio.  Tres canciones muy distintas entre sí para comenzar el disco, que ya nos han dejado, por orden, una impronta muy comercial, una canción de puro rock, y a un guitarrista que está tocado por los dioses para tocar la guitarra (como en alguna ocasión lo calificó Mariscal Romero al bueno de Armando).

          Como cuarto track, para no decaer ni un solo segundo la atención al disco, "Impresiones". De nuevo una canción fresca, una de las mejores, con magnífica melodía y estribillo genial. Seguimos con "Mi Especialidad" que afloja un poco el nivel, pero como no nos han dejado respirar hasta este momento, entra "de puta madre" como quinta canción del disco. Continuamos con otra a un nivel similar, quizás una canción buena, que además deja cierto regusto a Barón, "No hay color". Y ahora que todo ha sido bastante aceptable hasta este momento, damos paso a "Gracias", la balada, la cual en este lugar colocada, se convierte en el instante perfecto para apreciar la calidad guitarrística del hermano menor de los Castro. 

          Y para ir finalizando, precisamente dejamos lo más flojo del disco, que por supuesto no es malo, simplemente es eso, algo más flojo. "Escrito está", un medio tiempo que crea un ambiente algo más monótono, pero a pesar de ello, tienen unos pasajes con mucho que decir. Y ahora si, ahora es el momento de dar entrada a la molona "Armando Rock", que sirve para eso, para ser molona, pero no para abrir un disco. Y finalmente damos carpetazo al disco con "La maldición", que puede construir, con su medio tiempo, un final con ambiente intenso, proporcionando cierta consolidación al disco.

Armando de Castro presentando su disco


          Y es que a la hora de disponer las canciones de un disco, es cuando se la juega un músico, pues  es verdaderamente muy importante el orden que le demos a las canciones. Dependiendo del orden de los temas podemos tener un resultado u otro en un trabajo discográfico, e igualmente, pasa lo mismo en los conciertos. Sinceramente, he hecho la prueba con mis sufridos compañeros de viaje que me acompañan habitualmente en el coche, y al principio me dijeron que el disco estaba maldito. Sin embargo con el cambio en el orden de las canciones, se lo tragan sin condiciones. 

          En efecto, debe ser también un arte, éste de numerar las canciones de un disco. Os animo a resetear vuestros cerebros y volver a escuchar este disco en el orden mencionado, gana bastante.

1. Victoria, la colchonera
2. Campanas del invierno
3. Experimentos con gaseosa
4. Impresiones
5. Mi especialidad
6. No hay color
7. Gracias
8. Escrito está
9. Armando Rock
10. La maldición
 Victoria, la Colchonera (2017)