viernes, 17 de julio de 2020

BREAKING ALL THE RULES

           Ya he comentado en alguna ocasión mi afinidad por el "Breaking all the rules" de Peter Frampton. Una de las canciones, que cuando la oí a tan corta edad, comenzó a marcar mi destino rockero. Y su titulo, en castellano, no podía ser otro mejor que, "rompiendo todas las reglas", rompiendo todo aquello que se acepta como norma. La más pura definición de rebeldía. Ahí me he movido yo toda la vida, en ese fino alambre de la rebeldía. Pero una rebeldía responsable, lejos de la rebeldía gratuita a la que incitan algunos memos, y lejos de la rebeldía sin causa y poco razonada, que a veces se implanta como moda y que nunca lleva a buen puerto.

          La rebeldía es algo muy serio, que hay que alimentar desde el sosiego y con mucho tesón, con equilibrio, madurez y capacitación, y esa rebeldía responsable es la que ha llevado a algunos artistas a salirse del renglón, para transformar el mundo, para aportar, para enriquecer, para mejorar lo ya existente. 



          Siendo rockero desde muy pequeñito, a los sones de Queen, Frampton, Boston, etc, y a la vez, habiendo vivido en el corazón de la cuna del flamenco, habiendo sido testigo de excepción viendo y oyendo cantar a la Piriñaca o a la Paquera, en su más recóndita intimidad, entre Santiago y San Miguel, donde una bulería se canta de distinta manera dependiendo del barrio para el que mires..., no tengo más remedio que tener gustos enraizados y una mescolanza entre dos géneros llenos de potencia, y en los que encuentro muchos lazos de unión, el flamenco y el rock. 

          De ahí que acepte bastante bien la fusión musical, y aprecie de manera sobresaliente a aquellos artistas que han sido piedra de toque para conseguir esa fusión de estilos, como a finales de los años setenta ya propuso el monstruo "Camarón", o como en 1996, nos mostró el maestro Morente, abriendo la puerta a la mayor obra de flamenco rock que jamás se haya hecho, el trabajo conceptual Omega, con la colaboración del grupo de rock "Lagartija Nick".

          El flamenco, son palabras mayores, arte al que hay que guardar un excelso respeto y al que hay que cuidar para no alterar sus raíces, pero al que se puede alimentar desde esa rebeldía responsable, llevada a cabo desde el sosiego, el tesón, con mucho equilibrio, madurez y por supuesto capacitación, como la que tenía el maestro Enrique Morente. 

          Morente consiguió fusionar la poesía de Federico García Lorca, con la música de Leonard Cohen (a los que admiraba), el fortísimo rock de Lagartija Nick y las raíces flamencas que aportaba el genio rebelde del cante. Cocktelera de arte que llevó por nombre "Omega".

           Omega no es un disco cualquiera. Omega es un "breaking all the rules". Disco no entendido por los puristas, y que transforma el mundo del flamenco tal y como se entendía hasta ese año 1996 en el que vió la luz. Una auténtica joya rebelde que me encanta y a la que ya he hecho referencia en otra ocasión en este blog.


          Omega, es un disco que te deja sin palabras, lo mejor es dejarse llevar por la percepción de infinitas sensaciones, las cuales te hacen envolverte en un aura imposible, y te transportan a otro mundo, al mundo de los sentidos. Un disco en el que además participa todo un innumerable elenco de artistas flamencos del más alto nivel.

          De Omega, me gusta especialmente su primera edición, pero cabe mencionar que en el 20 aniversario de la publicación de este extraordinario y cosmopolita trabajo, se realizó una edición especial con algunos temas extras que se quedaron fuera de la primera entrega, haciendo la obra aún más completa si cabe. De una manera o de otra, el disco es sencillamente impresionante y una auténtica joya, que invito a escuchar con detenimiento a todo buen amante de la música.

          Os dejo con el que para mí es el tema estrella "Manhattan", de esta joya llamada Omega, en la que el maestro Morente "rompió todas las reglas".


Disfrutad amigos.




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