Corría el año 1990, después de largos meses de ahorro, incluso diría años, pude comprarme el ansiado equipo de música con reproductor de CD incluido.
Juanato, el amigo de mi hermano, mayor que yo unos cuantos años, rápidamente se apresuró a traer su magnífico y flamante CD sin usar de su grupo preferido, que guardaba celosamente en una estantería junto a múltiples libros de informática y algunos vinilos, estos últimos usados hasta la práctica desintegración.
Introducimos el pequeño disco en el reproductor que la nueva tecnología nos había brindado y al oír los primeros segundos de canción, dije, esto es otra dimensión, esto si es escuchar música en alta fidelidad. El sonido era magnífico, ningún ruido de fondo, y la introducción del “Best I Can” de sus queridos Queensryche nos dejó perplejos.
Las canciones se fueron sucediendo, y el gran Juanato, cada vez iba hinchándose más de satisfacción, cual pompa de jabón, no sólo era el sonido magnífico de su CD y de mi reproductor, sino que sus Queensryche, decía, estos si que son otra dimensión, esto es “Rock Técnico”.
¿Qué diablos es el rock técnico? Pregunté. Y el gran Juanato, a punto de reventar, responde, es un heavy más evolucionado, solamente al alcance de los grandes músicos, en el cual usan una técnica muy compleja a la hora de tocar las guitarras, las baterias usan unos ritmos muy variados con sucesivos cambios de compases a lo largo de la canción, y el resultado es esto que estás escuchando. Fue entonces, cuando repliqué, y le insinué que este tipo de música me hacía recordar a algunas canciones de un grupo español.
El gran Juanato, se carcajeaba, y no cabía en si. Imposible, si aquí a parte de Barón no ha salido ningún grupo con calidad suficiente para esto.
Tomé la palabra y mi turno fue largo… Pues es precisamente a Barón a lo que me ha recordado, a esas canciones que hasta ahora he considerado raras y no sabía por qué. ¿No te acuerdas en el 1985, con el disco “En un lugar de la marcha” la canción No ver, no hablar, no oír…? A mi entender es una incursión en este estilo que ahora tanto alabas.
No solamente es en ese disco en el que se despachan con canciones de este tipo, si escuchas el “Tierra de Nadie” de 1987, la canción El precio del futuro, es de principio a fin casi 8 minutos de este tipo de rock, en el que parece que entramos en una nebulosa que nos envuelve y nos traslada a otra dimensión.
Y si hablamos del disco “No va mas” ya en 1988, son varias las canciones que podemos encontrar con sonidos que nos transportan a este rock técnico, metal técnico, progresivo o como queramos llamarlo… Quizás el disco más heterogéneo de Barón Rojo, con Blues, AOR, Hard, Heavy y las canciones más técnicas, que son En tinieblas, Los Domingos son muy aburridos y la extraordinaria Mil Años Luz o Agujeros Negros.
Pero aún en el siguiente disco, "Obstinato" de 1989, vuelven a descolgarse con algunas canciones del género. Siempre nos pareció a los amiguetes una canción muy rara, con unos ritmos trepidantes, y una atmósfera tenebrosa, la que iniciaba el disco de una manera impactante Vampiros y Banqueros. Pero en el interior del disco se escondía otra canción que nos hacía adentrarnos en el mismísimo infierno, era la canción Tren Fantasma. Todas ellas son canciones con unas bases rítmicas bastantes complejas, y unas afinadas guitarras que en ocasiones mantienen las notas durante unos segundos que parecen interminables.
Juanato cambió su rostro, y con labios presionados y ceño fruncido, parecía meditar…
Pues si amigo Juanato, en España hubo un grupo, y tu deberías saberlo como seguidor también de ellos, que en su alta capacidad como músicos se adentraron en sonidos nuevos, que quizás no gustaron demasiado a sus seguidores, y fueron canciones en su día incomprendidas, precisamente en la etapa en la que se leen múltiples artículos que hablan del declive de la banda, y en el que para mi entender es un tiempo de avance en sonidos y en el que reafirman la autodeterminación del grupo, en el que dan muestra de que no son un grupo de Rock al uso, sino el conjunto de cuatro musicazos capaces de adentrarse en cualquier fórmula musical con extraordinaria calidad aderezándola con la fabulosa magia del ROCK.
En cuanto a la composición de estás canciones, son muy heterogéneas, pues la autoría de algunas son de Carlos y Armando de Castro, en otras ocasiones del tándem José Luis Campuzano y Carolina Cortés, y en otras participa en la autoría el mismísimo Hermes Calabria, con sus excelentes conocimientos de ritmo y compás.
NO VER ,NO HABLAR, NO OIR
(Hermes Calabria / Carolina Cortés / José Luís Campuzano)
EL PRECIO DEL FUTURO
(Armando de Castro / Carlos de Castro)
EN TINIEBLAS
(Armando de Castro / Carlos de Castro)
LOS DOMINGOS SON MUY ABURRIDOS
(Hermes Calabria / José Luís Campuzano)
MIL AÑOS LUZ
(José Luís Campuzano / Carolina Cortés)
VAMPIROS Y BANQUEROS
(Armando de Castro / Carlos de Castro)
TREN FANTASMA
(José Luís Campuzano / Carolina Cortés)
De éste Barón Rojo hay mucho de qué hablar aún. Larga vida a sus 4 grandes fundadores.
Curiosa reflexión
ResponderEliminarYo metería tb Hiroshima
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