Tal y como ya hice en anteriores ocasiones, hoy voy a comenzar un post que iré completando, poco a poco, en el que aparecerán 10 de los mejores guitarristas del panorama musical español. Auténticos maestros de las cuerdas de acero, que han ido apareciendo a lo largo de nuestra, aún corta historia rockera. Elegir sólo a 10 de estos músicos va a ser una ardua tarea, porque seguro que se me escapa alguno, pero quizás entre estos 10 si estén los más representativos.
Para comenzar vamos a hacerlo con uno de los platos fuertes que nos trae este nuevo post. Hablar de Salvador Domínguez, es hablar de un maestro de maestros. Muchos son los guitarristas que sus primeras digitaciones por el mástil de una guitarra las hicieron gracias a los manuales de Salva. Historia viva de nuestro rock, escribió libros para enseñarnos a movernos por este versátil instrumento, para intentar convertirnos en unos "psicópatas del mástil". Pero además nos dejó otros libros con los que de una manera más o menos fidedigna nos hemos podido hacer una idea de lo que fue el rock en otros tiempos, cuando España sólo era un país de tonos grises. Dos títulos escritos por su pluma y que aportan buena prueba de ello son "Bienvenido Mr Rock" y "Los hijos del Rock". Pero en lo que de verdad ha sido relevante, es en las composiciones de grandes temas a lo largo de toda su trayectoria, tanto por algunos clásicos de Miguel Ríos, como los compuestos en su carrera en solitario, o para las diversas bandas en las que ha participado (Blue Bar, Los Canarios, Pequenikes) o las que ha ido creando en su dilatada carrera, dígase Banzai o Tarzen, dos supergrupos con los que nos deleitó entre los años 80 y primeros 90. Salvador es un guitarrista versátil, de los de la vieja escuela, un guitarrista de los que transmiten feeling y totalmente reconocible en cada una de sus interpretaciones, que al fin y al cabo es lo que diferencia al guitarrista mediocre del genial. Salvador es el maestro de los maestros.
Otro de nuestros guitarras clásicos, aunque más joven que Salvador, es Jerónimo Ramiro. Curtido en grupos tan dispares como la banda de Ramoncín, Ñu, Santa, Santelmo y triunfando ampliamente con Saratoga, Jero es uno de los guitarrista que nos hace vibrar cuando suenan las seis cuerdas de su guitarra. Además, lejos de quedarse anquilosado en su clasicismo, ha evolucionado con las técnicas que han ido apareciendo a lo largo de todos estos años, pero con la sabia decisión de no quedarse en lo púramente técnico, dándole siempre ese toque de personalidad y feeling con el que se ha movido en estos casi 40 años al mando de sus guitarras. Jerónimo Ramiro ha sabido mezclar a la perfección los nuevos sonidos y técnicas con los que ha evolucionado la interpretación en el mundo de la guitarra con los conocimientos de la vieja escuela, haciéndonos disfrutar con discos en solitario en los que ha tenido la libertad de expulsar todas sus inquietudes, como fue el caso de "Tenebrarium", un excelente disco en el que da rienda suelta a toda su inspiración.
Ahora nos vamos a quedar con un guitarrista, que se ha sabido desmarcar de la catalogación de guitarrista heavy, para adentrarse en otros horizontes más amplios, y dejar una estela de magia guitarrística en cada acorde con los que nos ha envuelto a lo largo de toda su carrera. Desde sus comienzos como guitarrista de Miguel Ríos, apareciendo en tres de sus discos y colaborando en la composición de algunas de las canciones del granadino, Javier Vargas ya apuntaba alto. Posteriormente pasó por el grupo RH+, con los que grabó dos discos muy meritorios en los que ya comenzaba a dejar su huella, pues los punteos y aportes de guitarra que hay en esos discos son de los que hace que un disco pase del calificativo "no está mal" al de "suena bien". Siempre lo he dicho, buenas composiciones no dejan de ser mediocres cuando el guitarrista que las interpreta no les aporta su fuerza y personalidad, y composiciones mediocres alcanzan nitidez cuando las hace propias un gran guitarrista. Javier Vargas, pronto se dio cuenta de que era un músico para hacer carrera en solitario, y de ahí la Vargas Blues Band que tantos buenos ratos nos ha hecho pasar. Javier Vargas, excelente guitarrista, con una enorme influencia de los guitarristas clásicos del blues, y de Carlos Santana, con el que también ha colaborado, tiene el honor de ser uno de los valientes que se ha atrevido a sacar disco en éste 2020 de tan ingratos recuerdos, con un maravilloso trabajo titulado "Del Sur·.
Ya perteneciente a otra generación de músicos, tenemos a Santiago Campillo. Curtido en formaciones como “Los Hurones”, “M Clan” o “Los Lunáticos”, y entrelazando sonidos de rockabilly, rock sureño y blues, Santi, ha volcado lo mejor de si mismo en cada banda por la que ha pasado, siendo el guitarra que le dio consistencia a la música de M clan, con los que grabó sus cuatro primeros discos y sus mayores éxitos, para luego continuar ese estilo de rock muy sureño en la formación de “Los Lunáticos”. Actualmente, y ya lleva bastantes años, sigue cabalgando en solitario y en compañía de otros, brindándonos discos con ese sabor americano, y deambulando entre sonidos de blues y un auténtico rock and roll de lo más puro, en una “carretera sin final” y jugándosela “a cara o cruz”.
Santiago Campillo
A
Paco Ventura lo conozco bien, desde que le llamábamos Paquito, y ya despuntaba
en unos AGO que creíamos que se
comerían el mundo. Pero el mundo de la música tiene tantos entresijos y tantos
callejones sin salida, que Paco tuvo que recalar en unos resucitados Medina
Azahara de finales de los 80, para
conseguir la gloria propia y la de su nuevo grupo, en el resurgir de “los
Medina”, cuando algún crítico palabrero ya los había dado por muertos en el
primer lustro de aquella misma década. Nada más lejos de la realidad, Medina
Azahara con Paco Ventura al mando de las
guitarras se aupó en lo más alto de las listas de éxitos de la dura década de
los 90, y tanto él como la banda, han sabido permanecer durante décadas en los lugares de honor de
nuestro rock. Paco aportó ese plus de solvencia en las guitarras, que no sólo
se consigue con el virtuosismo, sino dándole una impronta reconocible a todo
aquello que interpreta el guitarrista. De igual manera en 1997 se embarcó en su
primer disco en solitario, carrera que más adelante ha ido desarrollando durante
el siglo XXI, con discos muy interesantes en los que se ha rodeado de lo más
granado del rock nacional e internacional. Como siempre he dicho, virtuosos y buenos guitarristas hay mucho pero hay que saber
darle identidad a cada canción que se componga, algo que ha sabido hacer “Don
Paco Ventura”.
Hay quienes son buenos guitarristas, pero hay otros que son maestros. Raimundo es uno de estos. Bebiendo de las fuentes del más profundo flamenco, y contaminado por la música de contrabando que llegó a las bases militares de Morón y de Rota, en aquella negra España en la que el Rock y el Blues eran pecado, Raimundo de forma autodidacta fue creando su propio estilo convertido hoy en arte. Con una dilatadísima carrera musical con formaciones como Veneno, Pata Negra, Arrajatabla, desde muy joven estuvo cerca de los grandes, colaborando con el mismísimo Camarón, y más tarde fraguando una personalísima relación con el rey del Blues BB King, al que acompañó en innumerables conciertos de sus giras por España, y del que consiguió que participara con colaboraciones en algunos de sus discos. A Raimundo Amador podemos catalogarlo como uno de los más grandes en la música fusión española, y sin duda alguna es el rey del flamenco-blues y el maestro gitano de nuestro spanish blues. Desde los primeros noventa, Raimundo ha ido forjando una extraordinaria carrera en solitario que lo ha catapultado a los puestos de honor de la música Española, que según él, es gracias a la aportación y a los consejos (siempre el mismo) que le proporcionó el otro rey, el del Blues.
Por
Manolo Arias es como lo conocemos, pero su nombre completo es Víctor Manuel
Arias Guzmán. Sabemos de él por su paso como guitarrista en bandas de la talla
de Bella Bestia, Muro, Motores y durante los últimos años liderando las guitarras de Ñu. Además ha sido fundador o co-fundador de bandas tan
importantes e interesantes como Niagara, Atlas y Monterrey, con las que nos ha
transmitido unas bellísimas canciones llenas de calidad instrumental. Manolo
también ha tenido una faceta como productor de discos de bandas del nivel de
Barón Rojo, Iguana Tango, Stafas, Ars Amandi, Muro o Sínkope. Pero la faceta
por la que aparece en este post, es por saber transmitir feeling en las composiciones
e interpretaciones que realiza con el bello instrumento de las seis cuerdas de
acero. Siempre muy cercano al rock americano, el sonido de las composiciones de
Manolo Arias suenan con fuerza y con una gran potencia, pero sin
excentricidades, con un sonido limpio e intenso, simplemente magistral. Manolo
Arias es otro de los valientes que se ha atrevido a sacar disco en el 2020, en
medio de la pandemia, con una interesantísima obra prima titulada “No estoy para
nadie”.
Hablar de Armando de Castro es hablar de uno de los músicos más reconocidos de nuestro rock. Lleva a sus espaldas el honor de haber conseguido un buen número de discos de oro y platino con su formación Barón Rojo, a los que puso el plus de calidad. Fue el contrapunto necesario, para que un grupo de Rock español se pudiera codear con los grandes del resto del mundo. Para poder pasearse por la Europa de aquella década de los 80 era necesario contar con un guitarrista de élite, a la altura de los más grandes y él estuvo a esa altura. Incluso cuando grabó el “Volumen Brutal”, algún insensato quiso creer que esas guitarras fueron grabadas por músicos de sesión del país anglosajón donde se grabó ese disco. Armando, aún siendo muy joven, ya era reconocido en los años 70 como un grandísimo guitarrista, formó parte de discos míticos como "Albanta" de Aute y el "Más Sexy" de Coz, pero fue en los 80, cuando alcanzó unas cotas de calidad impensables. Copó durante años consecutivos los rankings de mejor guitarrista del año, convirtiéndose en la referencia de cientos de jóvenes que aspiraban a dominar el preciado instrumento de las seis cuerdas. Indiscutiblemente ha sido el mejor guitarra clásico de nuestro rock y aún a su edad sigue corriendo, saltando y rasgando la guitarra espléndidamente en cada concierto, con una maestría sin igual en el uso del slide, manteniendo el tipo entre lo más granado de la actualidad de nuestro rock. Sin ser el más virtuoso, domina con una solvencia desmesurada el mástil de la guitarra consiguiendo sacar innumerables riffs con una creatividad pasmosa, y dándole a cada composición su propia identidad. Desde los antiguos Coz, pasando por Barón y ahora con su nueva banda Armando Rock, el sonido de su guitarra es inconfundible, siendo además el creador de la mítica canción “Cuerdas de Acero”, que hoy forma parte del título de este post.
Si
empezamos el post con el guitarrista más veterano, ahora lo vamos a cerrar con
el más novel de ellos. Nacido en el año del “naranjito”, Jorge Salan es el
mayor exponente de los nuevos guitarristas que tenemos en nuestro país. Niño
prodigio, desde la más tierna infancia ya apuntó que sería uno de los mejores.
Con tan solo 20 años ya había grabado su primer disco en solitario, y así ha
seguido haciéndolo hasta nuestros días con más de una decena de trabajos publicados,
en los que nos ha desbordado de técnica y virtuosismo a raudales. Pero no sólo nos ha dejado trabajos en
solitario, sino que además ha pasado por bandas como Mägo de Oz o Avalanch, con
los que también ha grabado algunos de sus discos, aportando un plus de notoriedad
y calidad en las guitarras de los trabajos presentados por estos grupos. Jorge,
a su edad, ya ha devorado los escenarios de España y del resto del mundo, tanto
presentado su obra en solitario como compartiendo escenario con los principales
músicos del panorama nacional e internacional, empezando por Miguel Ríos, y
pasando por Jeff Scott Soto, Robin Beck o James Christian con los que también
ha participado en sus discos. Teniendo por delante una de las carreras más
brillantes, Jorge Salan dejó hace tiempo de ser una promesa para convertirse en
una realidad y ser actualmente uno de los mejores guitarristas que tenemos en
el panorama musical español, demostrando que puede atacar cualquier palo, transmitiendo un enorme feeling. Como buen protagonista del cierra de este post, es
otro de los valientes que se ha atrevido a sacar disco en este año tan raro que
estamos a punto de despedir. Posiblemente su disco más comercial, un nuevo trabajo que lleva por título “Tempus”, tremendamente agradable de escuchar en los ratos libres que nos deja este nuevo tiempo.
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