A partir de ahora, tenemos una estrella más brillando en el firmamento.
Tristeza. Una enorme tristeza es la que me embarga desde que mi hija me ha comunicado que "el cantante de Estirpe ha muerto". Ella sabía que, en alguna medida, la noticia me iba a afectar... Y más aún hoy precisamente, que recuerdo más fervientemente, si aún cabe, a mi madre, fallecida recientemente.
Hace unos años, después de la primera recuperación de Manuel Angel trás la terrible enfermedad que padecía, escribí en este blog un artículo sobre la trayectoria del grupo Estirpe, y consecuencia de dicho artículo tuve la grata recompensa de recibir un comentario y tener el honor de albergar en este humilde blog unas palabras de agradecimiento y halago del mismísimo cantante de Estirpe. Además enlazó el artículo en su facebook y en el canal de youtube de la banda, por lo que desde ese día este blog se hizo, quizás, más visible en el mundo de la música española. Gracias Mart.
Las palabras de aquel artículo fluyeron rápidas y claras, mis sensaciones eran de gozo por la vuelta a los escenarios de un grandísimo grupo de rock, y sobre todo por la recuperación de su lider, en lo que yo llamé "El atrevimiento hecho rock". "Atrevimiento", la palabra clave con la que yo identifico a esta magnífica banda que tuvo el honor de engendrar este país. (Estirpe. El atrevimiento hecho Rock)
Pero hoy todo me resulta espeso y difícil de digerir. A veces cuesta que salgan las palabras, y este es uno de esos momentos. Muchos son los nexos que me unen a la figura de este espíritu libre, insaciable compositor y buscador de lo diferente, siempre manteniendo un ligero equilibrio, que lo hacía brillar por encima de la mediocridad reinante en el mundo de la música actual, pero de esos nexos y de esa figura ya hablaré en otro momento. Hoy no tengo fluidez de ideas, y me voy a limitar a dar mi sentido pésame por la ausencia de una de las personas qué, quizás, más hayan enriquecido el mundo de la música rock española en las dos últimas décadas, con su indiscreto atrevimiento, pero siempre desde una silente discreción.
Prometo otro día rendir pleitesía a toda su trayectoria musical, y más aún cuando "Tierra y Fe" está a punto de ver la luz, pero hoy sólo recibes mi despedida con un "hasta luego", porque todos algún día estaremos en esa cara oculta de la eterna oscuridad.
Adios Manuel Angel. Adios MART.
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